lunes, 18 de abril de 2011

Seguridad y protección en softcombat 2: técnica y habilidad

En todo momento estamos hablando de softcombat deportivo. Esto debe quedar claro, ya que define muy claramente que cosas se pueden hacer en combate y que no.
La habilidad del combatiente y su técnica son fundamentales a la hora de realizar un combate seguro para nuestros oponentes.
Es muy importante respetar las normas que implican control de los golpes. Mientras los combatientes sean capaces de controlar la fuerza de los golpes, marcar los impactos que realizan, y no lanzar ataques a zonas no permitidas (cabeza y cuello principalmente), lo más probable es que el combate se desarrolle de forma limpia y segura. Cualquier golpe en zonas sensibles lo más probable es que sea un accidente totalmente imprevisto.
Sin embargo, en los últimos años se ha popularizado una modalidad de softcombat denominada “softcombat fullcontact”, en la que los golpes no se reprimen y la utilización de armaduras de cuero y metal es imprescindible para reducir la fuerza de los impactos que se reciben. Además, se permiten agarres y empujones, en un combate más real y directo. Este tipo de softcombat viene de los grandes roles en vivo del norte de Europa y siempre se practica dentro de un entorno de rol en vivo, ya que en este caso la caracterización es prácticamente imprescindible por seguridad. En este caso, la técnica de los combatientes es mucho más real y menos precisa, prima la fuerza y velocidad de los golpes a la habilidad y técnica de los combatientes.
En mi opinion, ambos tipos de softcombat están bien, pero cada uno en su ambito. La modalidad que promovemos desde el Concilio de herreros es la primera, un softcombat deportivo, en el que los combatientes se enfrentan en igualdad de condiciones y deben demostrar su habilidad con distintas combinaciones de armas. En general siempre me referiré a esta modalidad de softcombat.
El “softcombat fullcontact” no me parece un deporte, pero como juego y por tanto rol en vivo puede ser muy emocionante e intenso. Practicar uno no implica excluir el otro, pero tenemos que tener siempre muy claras las importantes diferencias de estilo entre ambos.

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