domingo, 10 de febrero de 2013

El año que descubrimos el softcombat (by Ana y Cristina Mariño)

Hace algún tiempo conocí a una chica que me hizo un encargo de espadas. Con un poco de tiempo cruzamos algunos mails, y coincidimos en un evento de la asociación Entre pinares - Pino Negro (Segovia).
Allí descubrí que cada vez son más las chicas que optan por la senda del guerrero. Hasta ahora estaba muy acostumbrado a ver jugadoras interpretando nobles, comerciantes, arqueras y hechiceras, pero en este evento pude comprobar que todo esto había cambiado, para mejor.
En dicho evento pude luchar codo con codo con varias guerreras que no se amedrentaban ante nada, y lo mismo me encontré en el bando oponente.
Así pues, pensé que sería buena idea contar con la visión de varias de estas guerreras y compartirla con vosotros.

Os presento a las hermanas Ana y Cristina Mariño: guerreras, espías, asesinas, elfas... Tuve el honor de luchar con ellas y me encantaría volver a hacerlo. Así pues, les pedí un artículo que quiero compartir con vosotros.


¿Quién no sueña de pequeño con luchar contra dragones, enfrentarse al oscuro ejército de la bruja malvada o partir en busca de aventuras liderando un selecto grupo de amiguetes? ¡Pues mi hermana y yo lo hemos conseguido! A través de una de las variantes del softcombat, el Larp, podemos recrear todas estas situaciones.

Conocimos el softcombat a través de internet. Investigando para un trabajo salieron unas fotos del evento de La lucha entre hermanos, ambientado en El Señor de los Anillos. Los participantes llevaban unas armas y armaduras tan bien hechas que no era posible que se tratara de una cuestión puntual, seguro que había más eventos, sólo era cuestión de buscarlos.

Así que, en cuanto encontramos uno nos apuntamos: Forjacero V. La página de Forjacero aclaraba todas las dudas posibles: reglas, seguridad… además, por un módico precio, te proporcionaban el equipo y la comida y, al ser un evento de un solo día, podíamos volver a casa a dormir. ¡Nos encantó! Fue mucho más allá de nuestras expectativas.

Para nosotras una de las mejores cosas es el combate en sí, tratar de lograr el objetivo derrotando a los oponentes y la adrenalina que se libera al esquivar una estocada y alcanzar con un tajo al contrincante. Es una actividad que desestresa muchísimo. También apreciamos mucho el ambiente de camaradería que se crea casi en seguida. Estar codo con codo con gente que no has visto en tu vida y con la que, sin embargo, te sientes hermanada y con la que compartes la animadversión hacia los del bando contrario (¡aunque en él haya hasta familiares tuyos!). A la hora de la comida todo son anécdotas de la batalla, insultos, provocaciones y amenazas para el siguiente encuentro, etc. pero todo de buen rollo. Es casi indescriptible e incomprensible si no lo has vivido, algo que animamos a hacer a todo el mundo. Lo mejor, además de las anécdotas geniales que puedes contar después, son los amigos que hemos hecho. Hemos conocido gente increíble con la que mantenemos el contacto vía Facebook y ahora hasta hacemos planes juntos para batallas futuras.

Hay varios tipos de evento, y no es éste el lugar más idóneo para entra en definiciones, otros ya lo han hecho, pero nos quedamos con los Larp por varias razones: la primera es que en los Rev muchas veces la acción se pierde en roleo. Persuadir a otros e inducir ciertos comportamientos es nuestro trabajo, ya que nos dedicamos a la enseñanza, así que no podría ser un hobby para nosotras.

Por otro lado, están los torneos de softcombat deportivo que se parecen más a lo que nos gusta, pero no somos competitivas, sólo buscamos divertirnos, introducir un elemento de competición quizá estropearía ese ambiente tan especial. En los Larp, además del combate, se incluye un componente visual, el atrezzo, los trajes, armaduras, pequeños objetivos o historias breves que motivan al personaje sin determinarlo… pequeñas cosas que crean una dimensión distintiva pero sin perder el componente de acción que tanto nos gusta.

Al ser mujeres, sería previsible para muchos que eligiéramos papeles de hechiceras, princesas, sanadoras… un tipo de personaje que, por su serenidad y presencia en un segundo plano, no nos van en absoluto. Es el combate lo que nos interesa, ir de guerrero te garantiza acción. Sabes que siempre va a haber un lugar para ti en la formación y que vas a tener una misión que cumplir. Otra ventaja de ir de guerrera es que los enemigos tienden a subestimarte ¡al menos al principio!

Algunos se sorprenden con nuestras elecciones, aunque no tendría que ser así, ya que se trata de un hobby en el que precisamente, se va a recrear un ambiente, unos roles, comportamientos, etc. que no podrías encontrar en la vida real. A nuestro entender, cuanto más distinto de la realidad cotidiana, mejor. ¿Podría ser sanadora? Sí, pues entonces no quiero ese personaje ¿Podría influir en la política? Sí, pues entonces tampoco quiero ser noble. ¿Podría ser dependienta? Sí, pues no quiero ser la tabernera ¿Podría alancear al primero que me encontrara por la calle? No, así que ¡vamos! ¿dónde está mi lanza?

Cuando fuimos a Forjacero y nos prestaron las armas nos recomendaron la combinación espada-escudo. Después del evento compramos el mismo modelo de espada de látex y Ana una espada y un escudo élficos muy llamativos. Sin embargo, tras probar un mandoble decidió que prefería el arma a dos manos. Y así vamos reuniendo una pequeña colección: un escudo redondo, un par de mandobles, un hacha de batalla, dos espadas ceremoniales gemelas, otro par de espadas cortas, varias espadas de cinta americana (sobre todo para los entrenamientos), dagas arrojadizas… Sí, nos encantan las espadas. Por no hablar de armaduras y elementos de atrezzo, disfraces, etc. El marido de Ana comparte la afición, así que parte del arsenal es suyo.

Todas nuestras armas son compradas porque ninguno de los tres tenemos ni la habilidad ni el tiempo para hacer armamento de calidad, aunque Cristina hace auténticas obras de arte en lo relativo al vestuario. Además la estética es, para nosotros, fundamental ya que sin ese componente se pierde toda la dimensión fantástica y heroica de la actividad. A pesar de que algunos jugadores hacen gala de una gran habilidad e incluso venden sus productos a precios muy razonables, sorprendentemente proliferan por doquier los típicos tubos de Pvc más o menos forrados de cinta americana cuya seguridad y estética son más que dudosas. Y en el caso concreto de las flechas no deberían admitirse facturas caseras dada la peligrosidad per se de las mismas.

Pero, aunque a nosotras nos guste el Larp no hay que confundirlo con el softcombat. Son dos cosas distintas, y como tal deberían entenderse. Al fin y al cabo, el softcombat, como deporte, podría llegar a un público más amplio desligándolo de los elementos fantásticos que gozan, a veces, de tan mala prensa. No obstante, el consenso de reglas de combate, medidas de las armas y el establecimiento de unos parámetros fijos de seguridad, serían fundamentales para la constitución del softcombat como deporte. Ya se están dando pasos en esa dirección, y quizá debiera imitarse en el caso del Larp, ya que, ahora mismos en cada evento la organización tiene una forma distinta de evaluar las armas y, como depende del criterio de cada cual, a veces se crean situaciones peligrosas o contradictorias.

Y para muestra un botón: cierta marca de espadas de látex goza de la fama de hacer las espadas más seguras del mercado y, sin embargo, en algunos eventos está vetada amparándose en la dureza, cosa que nos resulta curiosa. Pero por otro lado, en un evento al que fuimos, Cristina sufrió un corte en el cuello al ser "degollada" por una espada de látex con una rotura en el filo y en el evento siguiente, de otra organización, esa espada volvió a pasar el Test de Seguridad sin problemas a pesar de no haber sido reparada.

En el tema de las medidas también encontramos diferencias de criterio, lo cual obliga a muchos jugadores a hacerse con armas distintas a las que ya poseían porque no entran en los criterios de un evento concreto. Un consenso entre asociaciones en muchos de los aspectos sería beneficioso para todos pero, por desgracia, prima más la competitividad entre ellas o las tradiciones que el bien común. Y a pesar de que sin duda la veteranía es siempre positiva, en ocasiones, impide el progreso al pretender anclar las actividades o los cánones a lo que se hacía hace diez o quince años, el mundo ha cambiado, los jugadores han cambiado, la variedad de productos disponible ha cambiado… quizá ellos también deban cambiar.

El caso de los escudos es especialmente llamativo, ya que hay pocos jugadores que los compren, pero sí muchos los fabrican (con mayor o menor acierto, pero demasiado a menudo trasgreden las medidas de seguridad clarísimamente). En cambio, los escudos comprados sobrepasan, casi siempre, las medidas permitidas en los eventos. Estas restricciones empobrecen tanto la imagen como la jugabilidad, ya que los escudos de látex sí se pueden utilizar como un escudo real y es seguro que los impactos accidentales que se puedan producir no causarán ninguna lesión, cosa que no se puede garantizar con las manualidades, por muy supuestamente acolchadas que estén.

Y para terminar, queremos reseñar algo que nos parece un tanto curioso. Ya comentamos antes lo importante que consideramos el factor estético en estas actividades y es de suponer que las personas que acuden a estos eventos comparte un bagaje cultural y unas referencias parecidas, ya sea del cine, los cómics  novelas, juegos… Es decir, que todos tenemos en mente más o menos la misma imagen de cada personaje tipo. Sin embargo, hay algunos jugadores que anteponen el poder aprovecharse de las reglas a buscar la ambientación adecuada, lo que dificulta el juego a los demás, ya que no pueden basarse en lo que ven. Pongamos un ejemplo burdo, en una misión tengo que asesinar a un elfo, ¿cómo lo hago si nadie lleva orejas picudas? Evidentemente no puedo ir preguntando ya que eso despertaría sospechas. Y si fuese a un bárbaro… ¿quién buscaría a alguien pertrechado con una armadura completa y una barbuta? Como es lógico, cada uno aprovecha lo que tiene por casa pero se me ocurre que se pueden añadir complementos o ya, poniéndonos en lo peor, elegir los personajes en función del atrezzo que se tiene.

Por supuesto, todo esto no son más que nuestras opiniones, tan válidas como cualquier otra, y basadas en una experiencia muy limitada, ya que, aunque este año hemos intentado ir a todos los eventos posibles, algunos de los mejores se nos han quedado fuera. Otra vez será. En conjunto han sido experiencias muy positivas que nos han aportado recuerdos inolvidables y grandes amigos.

¡Hasta el próximo evento!

Bonus foto: Ana, yo y Alejo.

PD: espero que en un futuro contemos con más artículos vuestros ;)

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